Tengo 26 años y puedo decir que esta experiencia ha sido de lo más increíble que he vivido. Me diagnosticaron enfermedad celiaca (EC) con 6 años y nadie de mi círculo tenía EC. Al principio quienes lo pasaron mal fueron mis padres, pero a medida que fui creciendo me fue tocando a mí. Quedadas con amigos para comer sintiéndome “rara”, búsqueda de restaurantes sin gluten, visitas a los mismos bares de siempre, y mejor no hablamos de cuando me iba de viaje, una odisea.

Desde pequeña he oído hablar de FACE, y en los últimos años, gracias a las redes sociales, he escuchado que hacían encuentros pero, a pesar de las ganas que tenía, nunca me había animado. Pero, por fin di el paso. Este año tocaba Valencia como punto de encuentro para el campamento, cosa que me motivó aún más ya que tenía ganas de conocer esta ciudad.

Desde que llegué el primer día, tenía la sensación de que por fin no era la “rara” del grupo, que todos y todas estábamos en la misma situación, todas las personas presententes teníamos enfermedad celiaca. Se me hizo extraño compartir comida de un mismo plato, escuchar las vivencias de cada uno, que al fin y al cabo eran parecidas a las mías, y sobre todo, los consejos que nos dábamos unos a otros. Después de tantos años, por fin me sentía bien, me sentía a gusto con 44 personas que no conocía de nada. Y lo que menos me imaginaba al empezar esta aventura es que me las iba a llevar como amistades, a pesar de haber estado solo cinco días juntos.

 

En cuanto a la organización, no pudo estar mejor. Desde el primer momento nos dieron facilidades, como remitieron una guía para sacarnos la tarjeta joven de transporte, un documento con consejos sobre qué llevarnos en la maleta, el cómo llegar hasta la residencia desde los diferentes medios de transporte… todo eran puntos a favor y ni había empezado el viaje.

Cuando llegó la hora del encuentro, nos dieron una bolsa con regalos de bienvenida y nos asignaron las habitaciones, para luego descansar un poco e iniciar el encuentro con unos juegos de bienvenida para conocernos. Desde ese momento ya me sentía como en casa y no pude parar de sonreír.

Los días que estuvimos, hicimos muchas actividades variadas: una gymkana por Valencia, subir a la Torre del Micalet, una noche de cena en la playa, visita a la Albufera, al Ayuntamiento, a las Cuevas de la Vall D’uixó, un paseo en catamarán… Y tuvimos muchos momentos de risas, como la fiesta de disfraces o el Humor Amarillo. Destacar también dos talleres de cocina, uno de Magdalenas en un obrador, y otro de Paella en una Alquería. 

Por supuesto, cabe mencionar la sesión de charlas que sobre la enfermedad celíaca que tuvimos, en la que pudimos aprender sobre las distintas funciones de FACE Joven, sus proyectos conjuntos con la Universidad, la labor de ACECOVA, consejos sobre como viajar sin gluten por el mundo. También, he de decir y agradecer, la labor de los diferentes restaurantes y obradores que nos alimentaron durante los cinco días que duró el encuentro.

En resumen, como he dicho al principio, ha sido una experiencia increíble, que me encantaría volver a repetir estos siguientes años. Gracias a FACE JOVEN por darnos la oportunidad, y sobre todo gracias a Ana y María por hacerlo realidad, por preocuparse por todos y todas nosotras, y por hacer que no nos falte de nada ni en un solo momento. Sin vosotras no hubiera sido igual.

Por último, animar a toda la juventud con EC a vivir al menos una vez en la vida esta experiencia. Os aconsejo de verdad aprovechar estas quedadas y campamentos para sentirse en familia con personas con EC de diferentes ciudades de España, incluso de Europa.

 

Una vez más, gracias. ¡Nos vemos pronto!