Los campamentos de FACE JOVEN han vuelto tras la pandemia este 2022, y no podría haber sido de mejor manera que en la sorprendente comunidad de Extremadura.

El mes de julio entre los días 19 y 25, nuestros jóvenes campistas se reunieron para disfrutar de una maravillosa experiencia conociendo las ciudades de Badajoz, Cáceres y Mérida, descubriendo el increíble valle del Jerte y realizando actividades como aventuras en las altas tirolinas o barranquismo en los pilones de la Garganta del Infierno.

Fueron unos días increíbles que vinieron acompañados de la mejor comida sin gluten de la comunidad, también visitamos una famosísima fábrica de quesos que no dejó indiferente a ninguno de nuestros campistas. Además, contamos con la participación de jóvenes de fuera de España pertenecientes a CYE (Coeliac Youth of Europe) que enriquecieron todavía más aún la experiencia.

 

La experiencia de nuestros campistas

María José Gutiérrez – APECEJA (Jaén) – FACA

Sinceramente, era la primera vez que escuchaba sobre un encuentro veraniego de personas con enfermedad celiaca. Pero según lo escuché, me encantó la idea. Una semana comiendo todo lo que quisiese sin preocuparme por si tiene gluten, por si alguien coge pan y lo mete en algún plato, por si hay contaminación y miles de problemas más que no hace falta ni mencionar, porque todos sabéis a qué me refiero.

Mi madre fue la primera que me dijo que tenía que ir, que contactase pronto con las organizadoras por si me quedaba sin plaza. Mi hermana fue la siguiente en apuntarse al viaje.

El viaje en autobús duró 9 horas. Al principio me pareció demasiado para ser «un viaje de una semana». Pero a día de hoy, me alegro de haber viajado esas 9 horas. 

Como he dicho al principio, era la primera vez que escuchaba sobre encuentros veraniegos, pero puedo asegurar que no será la última. Me llevo muchísimos momentos, muchísimas risas, muchísimos paisajes, pero sobre todo, me llevo a mucha gente.

A día de hoy sé que esto no ha sido un adiós, sino un ‘hasta la próxima’ porque no importan los años ni los kilómetros que tengas que hacer.

 

 

Pau Zaldua Egea – ACIB (Islas Baleares)

Todo pasó tan rápido… Todo comenzó hace unos meses cuando recibí un correo sobre el Encuentro Veraniego. El mismo día lo leí y la verdad que no sabía qué hacer: si asistir o no. Si pudiera volver a ese instante, no lo dudaría: sería un SÍ rotundo. La verdad, es que me hacía ilusión poder asistir a un campamento en el cual no sería el típico chico que espera a que le preparen «su plato especial» cada vez que es la hora de comer a diferencia del resto del grupo.

Al principio tuve que organizarme para poder ir hasta Extremadura, ya que yo partiría desde Mallorca (Islas Baleares). Tomé un vuelo hasta Madrid, y al día siguiente, pude coincidir con un par de personas más del campamento para poder ir hasta Extremadura juntos y empezar a conocernos. Desde el principio conectamos muy bien, pese a la timidez con la que todos llegamos.

Una vez ya nos pudimos reunir en la RUCAB (Badajoz) con el resto del grupo, hicimos algunas actividades para conocernos todos y todas y romper el hielo. Esa misma noche pudimos hacer una ruta guiada por Badajoz, la cual nos gustó mucho ya que pudimos aprender y conocer muchos detalles interesantes sobre su historia.

El primer día en que madrugamos ya todos juntos comenzamos con un buen desayuno y fuimos al Ayuntamiento de Badajoz donde nos recibió el propio alcalde y nos dio la bienvenida. A continuación, hicimos una breve pero valiosa visita a Elvas; y por la tarde, asistimos a una visita guiada en la quesería de Quesos el Casar y disfrutamos de una degustación de su variedad de quesos muy rica.

Al día siguiente hicimos una de las actividades que más me gustaron: fuimos al Parque de Aventura del Valle del Jerte. Fue súper divertido y nos encantó a todo el grupo. Sinceramente no me pude sentir más a gusto con todos, era como estar en casa.

A partir de ahí, poco a poco el tiempo se me pasó más rápido y los días se me pasaron volando, al igual que las actividades que hacíamos.

Visitamos «La Garganta de los Infiernos» y nos bañamos en las pozas, las cuales disfruté mucho. Todas las actividades eran siempre en grupo y con merienda y picoteo sin gluten (cosa que se agradeció mucho ya que no nos faltó de nada). Cada día hicimos algo nuevo y en un lugar distinto al anterior; y cada día intenté conocer a diferentes personas del grupo. La verdad que en todo momento me sentí muy bien acompañado y que estoy muy agradecido de haber vivido lo que viví.

Cuando empecé a pensar en todas las actividades que estábamos haciendo, me dí cuenta que ya sólo me quedaban 2 días y no quería que terminase. Visitamos Cáceres que me gustó mucho y me habría encantado poder estar más tiempo para pasear por sus calles, y en general, que todo el viaje hubiese durado más.

Esa noche fuimos a un restaurante mexicano, en el cual comimos muy bien, y seguidamente, conocimos también cómo era la noche de Cáceres; la cual también nos gustó.

El último día, visitamos Mérida y tuvimos una última charla muy interesante sobre el proyecto que ACEX lleva a cabo en el Sáhara desde hace años. Previamente, recibimos información sobre FACE JOVEN y sobre todas las iniciativas que voluntariamente llevan a cabo. 

Durante la última cena, empezaron las despedidas y sentí que nunca antes había tenido tanta confianza en tan poco tiempo con personas que no conocía de nada, pero que al final se convirtieron en amistades las cuales espero volver a ver.

Ahora mismo sé qué fue una experiencia increíble… Y que si pudiese volver a repetirlo lo haría sin dudarlo. Espero que quién lea mi experiencia, sepa que yo no estaba seguro al principio de cómo sería, y sin duda ahora que la he vivido la recomiendo sin dudarlo. 

Finalmente, me gustaría dar las gracias a todas las personas que han formado parte de de esta experiencia y al trabajo de todo el equipo organizador porque sin ellas esto no hubiera sido posible.