Todo comienza un viernes 4 de diciembre a las 22:00 destino Madrid para vivir una vez más la experiencia de estar en un gran lugar con gente maravillosa y pasar todos juntos otro encuentro magnífico. Mientras me dirigía ansiosa hacia el destino deseando reencontrarme con viejos amigos, mis compañeros disfrutaban de una deliciosa merienda-degustación en la pastelería Singlutententaciones, seguida de una deliciosa cena en “El Arrozal”.

 

Tras largas horas de viaje, llegué al Albergue Juvenil situado en la Casa de Campo. El sábado a primera hora de la mañana, me encontré con todos los compañeros, algunos conocidos de anteriores ocasiones. Otros muchos eran nuevos lo que me alegró pues es genial que cada vez haya más jóvenes que se implican y se animan a participar en las actividades que organizan desde FACE Joven. En esta ocasión también hubo algo distinto a otras veces ya que participaron jóvenes socios de CYE que vinieron desde Malta, Italia y hasta Australia, todos ellos encantadores.

 

Después de desayunar un auténtico banquete de productos deliciosos de los que pudimos disfrutar a lo largo de todo el Winter camp, nos dirigimos a la ciudad para subirnos en el bus turístico que nos haría un recorrido por toda la historia y arquitectura de Madrid, pudiendo disfrutar de zonas tan bonitas como: La Puerta de Toledo, La Puerta de Alcalá, La Plaza de Colón, La Gran vía, Neptuno, Cibeles y el Santiago Bernabéu. Tras la visita en el bus turístico, cambiamos de autobús para ir al Centro de Fauna y Naturaleza donde viviríamos un sábado mágico montando a caballo, viendo una exhibición de aves rapaces, comiendo una paella espectacular y en donde aprendimos, gracias a las explicaciones de Bea y Juanky, a catar las diferentes marcas de cerveza sin gluten que están controladas por FACE. Pero el sábado no acabó aquí de regreso al albergue, ya que cuando llegamos allí los organizadores habían preparado una cena de picoteo y la noche Multicultural. Resulta curioso como viviendo en el mismo país se puede aprender tanto de otras comunidades. Además gracias a los participantes europeos también pudimos disfrutar de historias y dulces de otros lugares.

El domingo fue un día diferente, más de tiempo libre, de que cada uno fuese por su cuenta, pues el plan era que pasáramos el día entero en el parque de atracciones de Madrid, pero para mi sorpresa nos mantuvimos bastante unidos, se hicieron dos grupos grandes, uno se fue para el lago de la Casa de Campo, donde estuvieron riendo y remando en las barquitas.  Y otro grupo se marchó a conocer el centro de Madrid, mientras esperábamos a que el parque abriese sus puertas. Una vez en el parque, al igual que los niños pequeños disfrutamos de todas las atracciones que estaban abiertas ese día, os podéis imaginar que en invierno las de agua no lo estaban, porque aunque disfrutásemos de muy buen tiempo durante todos los días, con bastante sol y buena temperatura para ser Diciembre, no es lo mismo que en verano. Al llegar las 18:00 de la tarde con el cierre del parque, nos dirigimos de nuevo al albergue, era hora de ducharse, cambiarse y ponerse guapos, para salir a cenar y a disfrutar de la noche madrileña. La cena de esa noche la hicimos en un restaurante Etíope. Fue una experiencia diferente, una comida muy exótica, sabores muy distintos a los que estamos acostumbrados, pero para mí, algo fuerte de sabor y picante. Tras la cena antes de ir a la discoteca dimos un paseo nocturno por la zona del Templo de Debod, cercano al restaurante, donde realizamos algunas fotos muy originales con las luces de los móviles y una cámara, fue muy divertido y aprendimos algo nuevo de fotografía gracias a Juanky. Después nos fuimos de fiesta, donde lo pasamos en grande, bailando riendo, cantando y disfrutando juntos de la noche…

 

A la mañana siguiente el lunes y tras otro suculento desayuno nos fuimos hasta la Consejería de Sanidad donde nos recibiría D. Julio Zarco; Director General de Coordinación de Humanización de la Asistencia Sanitaria. Tras una charla muy fructífera y con muchas ideas, donde pudimos intercambiar con él y su equipo nuestras inquietudes como pacientes, así como conocer futuras propuestas por su parte, fuimos al parque del Retiro antes de coger el autobús que nos llevaría a realizar un curso de cocina. En el parque y como gran grupo que éramos no faltaron las fotos con nuestra bandera y las vistas preciosas del lago y también del Palacio de Cristal.

 

Más tarde nos fuimos al taller de cocina con Gabriela Marchesotti propietaria de Singlutententaciones, el cual fue patrocinado por EcoDiet. Con ella aprendimos como con cosas cotidianas, como bolsas de ensaladas, latas de conservas, botes de garbanzos, etc. se pueden realizar platos exquisitos y originales para invitar a cualquiera y quedar como fantásticos anfitriones. Disfrutamos mucho realizando los platos por equipos lo que facilitó fortalecer las relaciones entre los participantes y sobre todo disfrutamos probándolo todo, también durante el taller tuvimos la suerte de probar las nuevas pizzas de Buitoni sin gluten, que la verdad están muy buenas.

Después del taller, de comer un montón y una vez recogido todo, nos fuimos a la Plaza de España donde nos aguardaba un guía que nos enseñaría el Madrid de los Austrias y la Latina; fue un guía que no solo consiguió mantener nuestra atención sino que nos ayudó a vivir la historia intensamente y de una forma muy divertida. Una vez finalizada la ruta, volvimos al albergue, parada técnica,  rápido a cambiarse y volver al autobús, ya que nos esperaba la fiesta temática de la última noche, sí, una fiesta ambientada en los años 50 donde fuimos todos disfrazados y caracterizando aquella época a disfrutar de  rica cena en Tommy Mel’s cadena que se caracteriza por la decoración sobre esa época de sus locales y tras cargar las pilas con sus hamburguesas y batidos nos fuimos a bailar un poco.

El encuentro se acababa y las caras empezaban a verse algo tristes por la despedida pero antes de llegar a ella, tuvimos una charla por parte de la Dra. Crespo sobre la Enfermedad Celíaca y la dieta sin gluten, donde aprendimos muchas cosas interesantes, sobre todo de tema genético. Después de la comida en el Albergue llegan las lágrimas, y los abrazos a todos los que se van yendo, porque aunque parezca mentira en estos encuentros se forjan amistades muy intensas que duran en el tiempo a pesar de la distancia.

 

Y no solo por eso sino también porque en este campamento, ya fuéramos de España o de fuera, novatos o veteranos, hemos conseguido que más de 30 personas, hayamos sido como una sola, fue una compenetración perfecta, una confianza mutua desde el primer momento. Hicimos mucha piña y eso hizo todo todavía más especial. Ya ha pasado más de un mes y aún se sigue echando de menos a todas esas personas maravillosas que encontramos en este Winter Camp.

 

Sé que este encuentro (como tantos otros) ha sido posible gracias al duro trabajo del equipo que forma FACE Joven, María, Bea, y Juanky que estuvieron preparándolo durante muchos meses y pendientes de todo y de todos durante los días del encuentro, y también de Judith, sin la que probablemente nos hubiésemos perdido por el metro de Madrid.

 

Además de la colaboración con sus estupendos productos de empresas como EcoDiet, Manacel, Singlutententaciones, Panadería José María García, Schär, Nestlé, Damel y muchas otras marcas y empresas que ayudan y facilitan que los encuentros sean inolvidables. Por todo lo vivido y compartido.

 

Rosalía Borreiros